1. Consumir alimentos de temporada.
Se recolectan en su punto óptimo de maduración.
Consumirlos hace que se respete el ciclo natural de los vegetales, lo que fomenta la rotación de cultivos y que se empobrezca menos el suelo.
2. Reducir alimentos ultraprocesados y sobreembasados.
Son los que más recursos han necesitado para su elaboración y más residuos producen, además de que suelen ser menos saludables.
3. Aumentar el consumo en pequeños negocios locales.
Comprar alimentos en estos negocios ayuda a la economía local, además, muchos de estos alimentos suelen ser de proximidad.